La Sidra Vasca y el Escorbuto

¡Conoce el corazón de la cultura vasca visitando la Factoría Marítima Albaola y degustando sidra vasca en una bodega junto con el menú tradicional de sidrería!

En el siglo XVI la construcción naval experimentó un extraordinario avance en toda Europa. Carabelas, naos y galeones de muchas toneladas eran capaces de cruzar mares y océanos. Pero, ¿Cómo durar tantos meses en el mar abierto? La alimentación a bordo cambió por completo en estos largos viajes y comenzaron a llevar alimentos que tardaban más en pudrirse: pescado y carne en salazón, legumbres... Pero a medida que avanzaba el viaje surgían problemas porque la comida y la bebida se acababan pudriendo. Muchos males y enfermedades surgieron rápidamente entre los marineros, pero uno de estos males era el más temido: el escorbuto.

Los marineros aparecían débiles, con dolores musculares y sangrando por las encías, hasta quedarse muchas veces sin dientes. El escorbuto causaba numerosas muertes: cuando Vasco de Gama hizo el famoso viaje en 1498, dijo que "una enfermedad rara" había acabado con la mitad de su tripulación. Escuadras enteras cayeron sometidas a esa enfermedad que llamaron "peste del mar". Nadie sabía por qué se producía, y claro, las creencias no tardaron en extenderse: que era contagiosa, que se curaba comiendo luciérnagas, que beber café hacía bien... El caso es que durante dos siglos el escorbuto fue el enemigo más temible de cuantos salían a alta mar. ¿De todos? No, la de los vascos no. La tradición popular dice que entre los vascos los casos de escorbuto eran mucho menos numerosos; ellos no sabían por qué, pero la "peste del mar" no les afectaba tanto como al resto.

Con el paso de los años, era más evidente que detrás del escorbuto había alguna falta de vitamina – teoría que mencionó el médico Vicente Lardizabal, en su libro 1720 Consuelo de Navegantes –. En 1747, un médico de la marina inglesa, James Lind, realizó pruebas clínicas para tratar el escorbuto y descubrió que si se administraba zumo de limón a los marineros se curaban. 

Hoy, sabemos que el escorbuto es una desnutrición producida por la falta de vitamina C y que los marineros no morían por una plaga misteriosa, sino por la falta de comida fresca. De hecho, muchos creen que detrás de la "inmortalidad" de los vascos había una bebida: la sidra. La sidra no se destila, por lo que mantiene vitamina C. Por lo tanto, las características de esta bebida favorecían a los marineros vascos que acudían a estos largos viajes bien provistos de sidra. 

Podéis descubrir todo esto y mucho más a través de nuestra experiencia "Albaola + bodega de sidra". Sumérgete en la cultura de los balleneros vascos en la Factoría Marítima Albaola donde podrás ver de primera mano cómo se está construyendo una réplica del ballenero San Juan del siglo XVI. Allí, también podrás conocer la relación directa entre los balleneros vascos y los lagares. Tras adentrarte en la tradición marinera vasca, acudirás a una Bodega de Sidra. En la sidrería conocerás el manzanal, la zona de elaboración y las bodegas, y después disfrutarás de un menú tradicional de sidrería, mientras degustas la sidra local. ¡Ven con nosotros y disfruta! ¿A qué esperas?

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